PROGRAMA DE ENRIQUECIMIENTO PARA SUPERDOTADOS Y TALENTOS

DIMELO, Y LO OLVIDARÉ; MUESTRAMELO Y A LO MEJOR LO RECORDARÉ; IMPLÍCAME Y LO ENTENDERÉ

sábado, 16 de octubre de 2010

EN MEMORIA DE JOSÉ OREJUELA

(Programa de Enriquecimiento para Superdotados y Talentos)



Querido José (Jose entre nosotros), asistimos a la primera reunión del programa en el nuevo curso que hoy comienza y en la que, por primera vez, tú estás ausente. Fueron tantas las reuniones y durante tantos años que aún sentimos tu presencia entre estas paredes. Siempre solícito, siempre amable, sencillamente amable, pues tú eras un hombre de una gran sencillez, como lo son las grandes personas. Jamás una palabra dura, jamás una palabra hiriente, siempre colaborador, siempre de acuerdo con las mejores ideas que íbamos desgranando en nuestras reuniones. Acompañando a tu hijo David los sábados del programa, y, a veces también, con tu hijo Adrián. Padre amoroso, que todo lo daba por sus hijos. Estoy convencido, querido Jose, que tus hijos guardarán permanentemente en su corazón lo más hermoso que les diste: Tu amor y tu entrega absoluta a ellos. También estabas siempre con tus hijos en las salidas de convivencia que hacíamos fuera de Madrid. Alguna vez te pregunté por Isabel, tu mujer, y siempre me respondías: “Ya hubiera querido venir, pero se ha quedado atendiendo a su tío enfermo”. Un buen ejemplo de amor hacia los más débiles.



Recuerdo, no sin cierta añoranza, los días que muchos de nosotros pasamos a tu lado en el Valle del Jerte, en aquellos hermosísimos parajes, con los niños exultantes de alegría. Nada sabíamos, aún, de tu enfermedad. Unos días después conocimos la noticia y se me encogió el corazón. Y fue en los últimos días del mes de julio cuando estuve contigo por última vez. Tuviste el coraje y la fuerza de ir al campamento de los niños, acompañado de Isabel y de tus hijos, y también de todos nosotros, a pesar de que la traidora enfermedad te iba aniquilando sin piedad. ¡No sabes la alegría que todos sentimos, cuando os vimos aparecer en el coche! Débil como un junco al lado de la corriente, pero resistente y rebosante de mansedumbre, y serenidad.



El día 6 de este mes, a las 6 horas de la mañana, recibí en mi teléfono un mensaje de Isabel con estas palabras: “UNA PARTE MUY GRANDE DE MI VIDA, DE MI RAZÓN DE EXISTIR, ACABA DE DESCANSAR EN PAZ”. Se me hizo un nudo en la garganta y medité por un momento las bellísimas palabras que Isabel dedicaba a su marido en un momento tan doloroso. Palabras llenas de amor.



Y aunque hoy un profundo dolor inunde nuestros corazones por tu pérdida, estamos convencidos de que has alcanzado ya el AMOR PERMANENTE.



Amigo Jose, el haberte conocido ha sido para nosotros un regalo del cielo y tu presencia estará entre nosotros, a pesar de que nuestros sentidos te echen de menos. ¡HASTA SIEMPRE, APRECIADO AMIGO!



Madrid, 16 de octubre de 2010

Esteban Sánchez Manzano

1 comentario:

PilBo dijo...

Todas y todos le recordamos y le añoramos