PROGRAMA DE ENRIQUECIMIENTO PARA SUPERDOTADOS Y TALENTOS

DIMELO, Y LO OLVIDARÉ; MUESTRAMELO Y A LO MEJOR LO RECORDARÉ; IMPLÍCAME Y LO ENTENDERÉ

domingo, 31 de enero de 2010

Gijón Educa

Gracias a todos, los que cada dia hacen posible, que a estos niños, el mañana pueda ser mejor.

Fracaso escolar en talentos


Grupo de Formación de Padres Act 2

ACTA NÚMERO 2

Reunión del Programa de Enriquecimiento para Superdotados


Reunidos el sábado 19 de diciembre de 2009, en el colegio Santa Isabel, sito en la calle del mismo nombre de la Villa y Corte de Madrid, a las 11,30 horas, los progenitores de niños y niñas de altas capacidades y su guía y mentor, Esteban Sánchez Manzano.

Se tratan los siguientes puntos:

- El campamento del verano.

Se esperaba la exposición de Berta, la madre de dos niños integrados en el programa, para un posible campamento en Asturias. Ante su ausencia se pospone el tema para el próximo día.

- Asociación.

Esteban, tal y como quedo en la anterior reunión, trajo los estatutos de “su” sociedad. Estos quedaron en poder de nuestro representante y asesor legal, José Antonio, para su estudio.
Se hablo de la posibilidad de hacer una sociedad científica dedicada a la investigación y desarrollo de programas de Ayuda y Orientación de Superdotados.
Esta nos puede servir de plataforma para otros objetivos.
Esta asociación sería voluntaria e independiente del programa.

No debemos olvidar que el objetivo del programa son LOS NIÑOS y su seguimiento.
Dentro del seguimiento se incluye el paso a adulto, ayuda ante posible falta de motivación y épocas difíciles....

En un momento de la reunión, una madre planteo el dilema ante que decir a los niños de sus altas capacidades.
Hubo diversas opiniones al respecto, pero al final Esteban nos orientó con su docta opinión. El niño debe saber que es diferente, que tiene altas capacidades, tiene que conocerse para aceptarse como es. Aquí esta el secreto de la felicidad de nuestros hijos. Bien es verdad que también hay que enseñarles a no “presumir” de estas altas capacidades.
Hay quien utiliza el ocultamiento como técnica de supervivencia. No es malo, pero sabiendo lo que son.
Según Esteban, superdotación es la rapidez mental de relación de conceptos y con menos errores.
No siempre la rapidez es igual al equilibrio emocional. Para ayudar a lograr esto está el Programa....en el cual todos podemos ayudar a solucionar problemas

En otro momento de la reunión se plantea la hiperactividad diagnosticada en algunos niños del programa. Esta provoca falta de atención y otros problemas....

Dicho tema, se interrumpió por la llegada de las pequeñas fieras que tenemos por hijos.....




Madrid, 19 de diciembre de 2009

lunes, 18 de enero de 2010

Los trucos de un superdotado para emplear mejor la inteligencia

Blanca de Ugarte.
Tiene 23 años y una inteligencia superior a la media. A los 7 meses comenzó a hablar, a los 2 años a leer, y a los 11 fue admitido por la Asociación Española de Egiptología. Cuenta con tres carreras: Filosofía, Química y Teología, y ahora está estudiando en la prestigiosa Universidad de Harvard. Pero Carlos Blanco no sorprende por su inteligencia sino por su humildad. Considera que le queda mucho por aprender, sigue fascinándose por el conocimiento y por el instrumento más avanzado de la tierra: el cerebro humano. Un instrumento que es necesario potenciar y ejercitar. Él nos ofrece sus “trucos” en su último libro publicado por Libros Libres: Potencia tu mente.


“Nadie es tonto”, dice Carlos Blanco, porque, aunque “está claro que no todos somos Einstein, todo el mundo debe convencerse del tesoro que tiene” y que “con la capacidad intelectual de cada uno, siempre se puede aprender más”.
Para aprovechar esta capacidad, es imprescindible, primero, dejarse fascinar por la mente, por todo aquello que hemos logrado gracias a ella, desde los avances tecnológicos a las teorías filosóficas. La declaración de los Derechos Humanos, recuerda Carlos, también es un hito de la mente.
Realista, en su libro no se olvida de los frutos horrorosos del conocimiento que a su vez nos llevan a reflexionar acerca del uso por parte del ser humano de este instrumento. La responsabilidad del hombre es crucial para Carlos Blanco. El conocimiento debe servir como fuente de felicidad y utilizarse para construir un mundo mejor. “No vale, afirma, con decir que uno no tiene capacidad. Como ser humano tengo una responsabilidad y siempre puedo hacer más”.
Para ello, es necesario conocerse y aprender a potenciar la capacidad intelectual que uno posee. En este proceso radica la importancia de la universidad para desarrollar una mentalidad crítica que “no vea la realidad como algo definitivo que no pueda cambiarse pues esta actitud conformista no permite avanzar”.
Al igual que cualquier músculo de nuestro cuerpo, si se ejercita la mente, nuestra capacidad de aprendizaje aumenta. Y para comenzar el ejercicio, para aprovechar los talentos de cada uno, es fundamental transmitir cuáles son esos talentos y qué puede uno hacer con ellos. Considera Carlos Blanco que en esto juegan un importante papel los científicos y pensadores que dan ejemplo de los logros que pueden alcanzarse dedicándose al conocimiento. Los científicos, opina, deben estar más involucrados en la sociedad para ilusionarla.
Por ello, ha dedicado algunas páginas de su libro a contar la historia de hombres y mujeres que revolucionaron al mundo como Santiago Ramón y Cajal, Bill Gates o Steve Jobs. Entre los “trucos” de aquellos que han potenciado su mente está el tesón tras los fracasos, la capacidad de fijarse metas y objetivos y de iniciar con fuerzas nuevas aventuras profesionales e intelectuales cuando las cosas antes no les han ido bien.
Además, en una sociedad como la actual, en la que tenemos acceso a un volumen de información apabullante y llevamos el nivel de vida más ajetreado que nunca en la Historia, lo importante, afirma el joven filósofo, es “quedarse con lo esencial porque cuando uno tiene más oportunidades, su responsabilidad radica en la elección entre esas muchas oportunidades”.
Para sobrevivir y aprovechar la mente en la sociedad de la información, en la aldea global de Internet y en el mundo de las telecomunicaciones lo más importante es desarrollar una capacidad de síntesis que sería complementada con la de análisis. “Hay aspectos que tiene que dejar uno de lado, especifica el autor. Debe tener uno claro cuáles son los elementos que me permitirán a mí descubrir lo que quiero y cuál es la realidad. Discriminar así aquello que nos haga perdernos”.
Y precisamente, el lector de “Potencia tu mente” podrá analizar con detenimiento las tesis del libro o ir rápidamente a lo esencial porque Carlos ha querido ofrecer diferentes posibilidades de lectura. Si quiere disfrutar de una manera sosegada de su libro, puede leerlo de forma tradicional pero, si prefiere la lectura por “cabecera de párrafo”, el libro está organizado con cuadros y párrafos destacados que permiten captar fácilmente las ideas clave que ha querido transmitir

La desventaja de ser el primero de la clase

M. CARMEN ESPAÑA MÁLAGA.

Padres de niños con altas capacidades crean una plataforma en Andalucía para exigir mejoras en la escuela
Los superdotados topan con la falta de atención del sistema educativo
El desfase entre la inteligencia y las emociones dificulta las relaciones sociales
No había cumplido medio año de vida cuando Alberto dijo sus primeras palabras: papá, mamá y agua. Con un año construía frases completas y con 18 meses era capaz de mantener una conversación. Además, se sabía el nombre de cada uno de los dedos de la mano y cada día hacía un puzzle nuevo.
Sí, Alberto es un niño superdotado. Algunos pensarán que es una ventaja. Otros que es casi como un don. Pero pocos alcanzan a entender las dificultades con las que las personas con altas capacidades tropiezan a lo largo de su vida. En el colegio, se aburren porque aprenden a un ritmo mucho más rápido que sus compañeros, con los que además encuentran difícil establecer amistad.
Ante estos problemas, padres de niños superdotados en edad escolar se han unido en una plataforma a nivel andaluz. Su objetivo: reivindicar que el sistema educativo preste más atención a estos menores. Este colectivo está formado por 14 representantes de asociaciones que defienden sus derechos en Málaga (ASA), Huelva (Areté) y en toda la comunidad autónoma (Fasi).
En el caso de Málaga, se calcula que, como mínimo, existen mil niños de entre cinco y 14 años con altas capacidades. Una cifra que asciende a tres mil si se tiene en cuenta al conjunto de la provincia. «Según los estudios, entre un 2 y un 10% de la población tiene altas capacidades», explica José Luis Sánchez, presidente de ASA Málaga.
El principal problema de estos niños es que para que puedan recibir una formación adecuada a su nivel, deben ser reconocidos como superdotados por la Consejería de Educación. Algo que suele convertirse en una carrera de obstáculos. «Se dan muchos casos de niños con altas capacidades que están diagnosticados por expertos y que los equipos de orientación educativa de la Junta no consideran como tal», dice Sánchez.
Alberto es uno de ellos. Tiene cinco años y un coeficiente intelectual de 147, cuando el normal oscila entre 90 y 110. Un nivel de desarrollo mental que ya se dejaba ver cuando entró en la guardería, con 20 meses. En una semana se aprendió qué mochila y qué chupete era de cada niño. Antes que la profesora. «Al mes me dijeron que no encajaba con los de su edad porque hablaba muy bien y lo pasaron a la clase de niños de dos a tres años», recuerda su madre, Serafina Castro.
Elevada creatividad
No obstante, la alta capacidad intelectual no es el único factor que determina la sobredotación, sino que influyen otros como la fuerte implicación en las tareas o una elevada creatividad. Este último hace que Eduardo, superdotado de ocho años, prefiera construir complejas naves espaciales con piezas de Lego antes que hacer los deberes.
«No entiende por qué tiene que hacer tantas multiplicaciones o divisiones cuando él ya sabe hacerlas perfectamente», cuenta su madre, Rocío Ríos. Tras un litigio con la administración, Eduardo ya está censado como superdotado, aunque el equipo de orientación que lo evaluó señaló que sólo en potencia y que habría que esperar a la adolescencia para confirmarlo.
Sin embargo, existen psicólogos que no consideran necesaria tal espera. «A partir de los dos años y medio las pruebas ya son bastante fiables, aunque se tienen que ir revaluando hasta los 9, cuando se alcanza la mayoría de edad mental», explica Susana Trujillo, especializada en altas capacidades.
El caso es que haber sido reconocido como superdotado no ha mejorado demasiado la situación de Eduardo. La ley establece dos alternativas para estos niños: la adaptación curricular o la aceleración. Esta última consiste en adelantar un curso y fue la que se le aplicó cuando estaba en segundo de Primaria. «Le permitieron pasar a tercero antes de que terminara el curso, pero ahora está en cuarto y no podrá saltarse otro nivel hasta que no esté en Secundaria», cuenta su madre.
Mientras, Eduardo se sigue aburriendo en clase. «Lo ideal sería que el profesor evitase tareas repetitivas y fomentase la creatividad en el aula porque son niños a los que les gusta buscar varias soluciones a un mismo problema», comenta Trujillo. «Faltan propuestas más activas, como introducir las nuevas tecnologías en el aula o facilitar que pudiesen trabajar en un laboratorio», agrega la madre de Eduardo.
Y es que además de las construcciones, a Eduardo le gusta dar forma a su imaginación a través de la ciencia. Durante un curso de verano, ideó un medicamento que ayudaba a potenciar la memoria. Un proyecto que, casualmente, está desarrollando un grupo de investigación de la Universidad de Málaga, con el que ha contactado para que le enseñen técnicas básicas de laboratorio. «Me mostraron cerebros diseccionados de rata e hice una catapulta de hielo seco», dice el pequeño, ilusionado.
Además de formas para potenciar su creatividad, los niños con altas capacidades necesitan apoyo a la hora de ubicarse en la sociedad porque, aunque su inteligencia vaya dos o tres años por delante, sus emociones se mantienen en su edad cronológica. «Este desfase puede afectar a su autoestima y a su relación con los demás», explica Marisol Gómez, psicóloga clínica especializada en sobredotación.
Hipersensibilidad
Por ello, expertos señalan que la escuela debería trabajar sus habilidades sociales. «Ellos tienen la teoría, pero les cuesta llevarla a la práctica porque, aunque saben empatizar, les puede la hipersensibilidad y la frustración», agrega Gómez. Si bien, cada persona es un mundo y hay superdotados que no tienen problemas de socialización.
No es el caso de Álvaro, de 16 años y 169 de coeficiente intelectual. «Ahora me llevo mejor con mis compañeros porque he aprendido a aguantar las mofas, pero cuando era niño lo pasaba mal», dice este joven al que le cuesta sonreír. Su madre, Guiomar de la Calzada, se plantea acudir al Tribunal Constitucional para denunciar que el sistema educativo no ofrezca una salida para su hijo, como becas o módulos específicos para superdotados.
Una situación que crea frustración en Álvaro. «Sé que soy un caso perdido porque voy a tener muchos problemas para socializar no sólo en la escuela, sino en todos los ámbitos», dice, con resignación.
El pequeño Alberto, de cinco años, es más sociable, pero también necesita trabajar sus emociones. Para ello, acude cada viernes por la tarde a las clases de enriquecimiento cognitivo de ASA Málaga. En ellas, Estrella García le enseña «a conocer sus propias características, sentimientos y emociones». Además, tiene la oportunidad de estar en contacto con otros niños como él.
«Las asociaciones son muy buenas porque te permiten situarte en la vida, ver a gente como tú», asegura Santiago Cárdenas, de 40 años. Su coeficiente intelectual es superior al 99% de la población y se licenció en Matemáticas siendo el primero de su promoción. Sin embargo, suspendía en el colegio. «No me motivaba y empecer a leer libros de matemáticas por mi cuenta», recuerda.
Así, comenzó a formarse en la disciplina que hoy enseña en la UMA. «Me gusta ponerle a mis alumnos ejemplos de la vida real», asegura. Algo a lo que está acostumbrado, ya que los números están tan presente en su vida que hasta expresa la edad de sus dos hijas de forma decimal. «Helena Hipatia tiene 10,3 años y Adriana Sofía 6,1», dice.
Una afición que reconoce como poco habitual. «Disfruto mucho haciendo matemáticas y sé que eso no es normal para mucha gente», asegura. Asimismo, Santiago lamenta que la sociedad en general, y el sistema educativo en particular, no aproveche el potencial de las personas con sobredotación. «Terminan teniendo una capacidad mediocre porque no se les incentiva», considera.
Para tratar de evitar ese final, padres como los de Alberto, Eduardo y Álvaro seguirán luchando para que sus hijos puedan cumplir sus sueños de ser el mejor astronauta, ingeniero o programador de videojuegos.